miércoles, 25 de febrero de 2009

lunes 23

El lunes todas las canciones se entonaron hacia el norte. Las gaitas, los acordeones, las melódicas, las guitarras juntas para cantar como si nunca antes lo hubiesen hecho. Todos comenzamos siempre de nuevo. Cerraste los ojos aun cuando tenías el sol en la cara, y sin pensarlo demasiado, le deseaste la mejor de las energías. Te autodedicaste unas canciones, te convenciste de que todo era para mejor y que, algún día, harías esas cosas que estos meses se te han ocurrido pensando en que volverá. Esperar a que te mire "así" después de haber pasado a comprar esas gomitas que le gustaban y que nunca supo que tu supiste que le gustaban. Tal vez , algún día lo sepa. Tal vez algún día le importe. Contar secretos que no creía y exagerar algunas historias para no parecer fome. Bailar y recordar a otros caminos parecidos, y pensar que al final siempre viajas por calles similares, como que los lomos de toro se te hacen familiares y esa casa a 6 cuadras del metro ha estado siempre ahí. Las canciones y las micros se vuelven tu refugio en contra del mal, un paraguas provisorio. Haber creído que le dabas un poco de ti y mientras te preocupabas por el envoltorio, ya te habían llevado lejos. Vivir en un constante flash back, un racontto que parece no tener un final porque siempre encuentras más errores de dirección, de edición, de sónido, de actuación. Y que no importa cuantas veces lo veas la película porque ya la grabaron y el oscar lo dieron el domingo pasado y obvio, no ganó lo de mejor película. Bueno, no seamos injustos, Él sí.
Demorarte cada vez más en sacar lo que sientes y cada vez menos en poder escribir sobre eso, pero nunca sabes si es porque cada vez está más profundo o cada vez más lejos. Y cada vez menos disimular lo que escribes en un baño borracha o en un blog aturdido de palabras que son incapaces siquiera de llenar el estanque de un baño. No aspirar a nada ni nada.
¿perdiste la identidad musical?
¿lees diariamente el horóscopo?
¿le preguntas muchas cosas a un libro?
¿comienzas a contradecirte mentalmente mientras hablas?
no es nada del otro mundo, es sólo algo que no sé explicar.

domingo, 22 de febrero de 2009

En esta semana que pasó las frases se conjugaron de tal manera que empezaron a tener sentido. o quizás un poco más de peso. que debes dejar de tener miedo , que estas perdiendo algo importante, que debes relajarte, que debes ser feliz, que no debes ahogar a nadie (ni siquiera a ti misma), que no importa lo que seas sino lo que haces, que no puedes pasar tu vida frente a una pantalla conociendo el mundo a través de ella, asegurandote que esa es la manera más segura de no sufrir, que no quieres ser House pero, a este paso, es probable que termines como él. Que no lograr identificar que es lo que te molesta tanto, que debes conocerte más , empezar todo de nuevo, tomar desiciones, preocuparte de los detalles, saber qué es lo que tanto te molesta.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Explicación III

y es como quebrarse la pata. Aunque hagas todas las rehabilitaciones , te pongan el meyor yeso y tengas al mejor kinesiólogo del mundo nunca la sentirás igual. Es que al corazón se le rompe una sola vez y yo hay yeso ni clavo que fix it.

viernes, 13 de febrero de 2009

Explicaciones II

Siguiendo con las explicaciones del amor (de su origen, mantenimiento, consagración o lo que sea referido a él), quisiera hacer una comparación más bien culinaria, que compara a uno de los rellenos más comunes usados en la pastelería con el amor: el merengue. Si se ha visto o escuchado la receta de ese cobertor de tortas se puede creer que es relativamente sencilla para cualquiera que no sufra de parkinson o conozca la diferencia entre lo amarillo y lo blanco: Tomas los huevos, los quebras, sacas la yema sin que se rompa mientras que a la clara la dejas caer en el bowl donde los batirás y agregarás azúcar indiscriminadamente por los próximos 20 minutos, hasta que parezcan la nieve.

Hasta ahi el prodecimiento parece simple. Nada que se pueda quemar, ni hervir, ni cortar. Los huevos son todos iguales y por lo tanto no habrían mayores dificultades para llevar a cabo una tarea tan sencilla como el preparar un menrengue.

Pero a veces , cuando estás preparando el merengue algo inesperado, fatídico, imbécil incluso, ocurre. Estas terminando de romper el último huevo y sin saber muy bien como, se te rompe una yema. La fuente repleta del plasma transparente es invadida sin previo aviso de pequeñas pintitas amarillas que caen azarosamente en la clara. Puedes hacer esfuerzos, correr rápidamente a poner la yema en otro plato pero nada evitará que queden restos de yemas en la clara. No está demás aclarar que la clara en ningún caso se transformará en nieve sin importar cuanto batas o cuanta azúcar le pongas.

Frente a esta adversidad tienes dos opciones para solucionar el embrollo: la primera, es lisa y llanamente, botar la mezcla de claras y yemas asumiendo los costos de la pérdida de las claras, de quedarse con las yemas rebotando , además de la pérdida de energía y trabajo. La segunda opción agarrar la cáscara del mismo huevo y comenzar a sacar una por una los restos de yema que queden en la clara hasta que vuelva a ser transparente. Esta opción suena la más económica y eficiente, sin embargo, el merengue con suerte podrá aspirar a ser agua nieve. Jamás quedará tal como quisiste y esa torta blanca que soñabas no será más que deshielos en el barro.

El amor, tal cual como lo ves, tiene un punto de inflexión. Con precisión no puedes decir cuando empieza pero si cuando termina.
Cuando se te cae una gota de yema en la clara, cuando miras y te das cuenta que no soportas esa forma de tomar la cuchara o de cambiar incesantemente la radio. Cuando ya no quieres más un olor, una mirada, un sabor.
La cocina, el trabajo, el amor, la vida. Todo está hecho de detalles. Anotar "esa" frase en el apunte, ponerte "esa" polera, reirte de "esa" manera, no dejar que el amor tenga una gota de yema.

jueves, 12 de febrero de 2009

Explicaciones I

Como sigo pensando insistentemente en el amor, he ideado al menos tres versiones que pueden explicarlo aunque sea un poco, desde la perpectiva de ....mmm..... como se quiera llamarlo.

Versión Como caca en el parabrisas
Vas en tu auto feliz de la vida por la carretera practicamente vacía. Velocidad promedio: 120 kilómetros por hora. El paisaje te acompaña, la música suena a un volumen perfecto, cantas con agrado tu última adquisicióm emepetrera. Con cielo absolutamente despejado, nada que haga presagiar que tu viaje pueda ser interrumpido. A lo lejos ves los animalitos en las granjas y cuando casi ya pierdes la concentración mirándolos, un ruido parecido al de un escupo chocando contra una pared te sorprende. Un pájaro te ha cagado el parabrisas. Aparece de la nada, y sin pedirte permiso, hace interceptar su caca con tu parabrisas. Incluso el juego de colores de sus cacas puede llamarte la atención e incluso gustarte (para los más bizarros)Sin embargo, al cabo de un rato te preguntas cuantas son las reales posibilidades de que un pájaro (después de cagarte el parabrisas pasa a ser pájaro ql) vuele en tal o cual dirección y sentido, qué es lo que ha comido y con qué tiempo lo ha hecho, y que además, que justo , pero JUSTO, cague en tu auto que va a la módica velocidad de gamba y 20.
Yo supongo que para que exista el amor tiene que pasar eso mismo: la coincidencia casi improbable de que la caca de un pájaro choque con un parabrisas en una carretera. Eso explica la gran cantidad de autos que tienen el parabrisas cagado e, inevitablemente, la proliferación del día de San Valentín.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Esa chica es mía

Orgullosa y temblorosa como un flan sus pasos se le van por no decirme hola
Esa chica es mía, casi, casi mía , esta loca por mi, pero aun no se fía,
Esa chica es mía, casi, casi mía , esta loca por mi y por eso ella es mía.
Está loca por mí, y por eso ella es mía.

¿Qué le pasó por la cabeza a Sergio Dalma cuando pensó que comparar a "su chica" con un flan era una buena idea?

martes, 10 de febrero de 2009

Y yo, que tengo tantas cosas que decirte.
Contarte que el mar se veía tan lindo hoy día, y que las olas y sol se conjugaban tan bien que daban ganas de copiarles , de vernos igual de combinados. Que hacía un calor horrendo en la playa pero yo - que andaba mañosa en la mañana- gané jugando al cágate de calor por no llevar el traje de baño.
Decirte que cuando el sol se cae entre los cerros la luz parece más clara. Sin permiso de nadie el sol es capaz de hacerme creer (un poco) en tu mano mientras un avión cae como pluma en una loza que lastimeramente no es mi plato.
Que, después de tener casi un mes "esa" canción en mi mp4, por fin hoy la escuche sin ningún sentimiento suicida de por medio (es un hipérbole, no tengo sentimientos suicidas o no por ahora)
Que justo después de sentirme un poco mejor de eso, o quizás antes, si , fue antes, mi papá hizo un gesto tan tan tan igual a ti. Lo más extraño que ese gesto te lo apropio a ti y , arbitrariamente, se lo quito a mi papá aunque sea probable que la autoría sea de él y que inconcientemente lo haya buscado sin saberlo.
Que como que todo el día me han mandado señales de "acuérdate" pero yo trato de hacerme la sorda, total, lo soy un poco.
Que justo justo después del gesto y de la canción (o viceversa , por si las moscas) encontré una polera rosada con café que alguien (lalalá (8)) que no voy a nombrar usaba.
Que he estado pensado mucho en el amor. Amor a secas, en lo que significa, en lo que se da, en lo que se quita, en cuanto nos cuesta dibujar los límites para él. Y que nunca debes entregarle el lápiz a nadie para que dibuje en tu hoja de amor.
En eso de escuchar hasta que es de madrugada o eso de escuchar la misma historia varias veces o de tener que soportar algo que por nadie harías sin perder la felicidad de como si te hubieses ganado 5 millones.
En todo lo que tenemos que construirnos para siquiera poder nombrarlo en primera persona.

domingo, 8 de febrero de 2009