sábado, 25 de octubre de 2008

Se muere para vivir. Se vive para morir. Se revienta cada globo de sensación. Comprendes que no hay nada que comprender. Te acuerdas de cosas, de tantas cosas. Miras al cielo buscando una explicación que te separe de lo que huyes. Cuando no puedes mandarte a la mierda. Cuando no puedes mandar el mundo a la mierda y sólo queda hacerte cargo él.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es brígido, como que cada muerte te entrega experiencias nuevas, enseñanzas nuevas, y como si el ser humano necesitase de ellas para ver más allá. ¿Quién será el tercero? ¿Qué aprenderé de él?

Te quiero amiga. Yo se que tú sí estás "ayudandome a sentir".