Estuve todo el año repitiéndome que alguna vez tendría el valor de decirle lo que le dije hoy. Se lo comenté muchas veces a mis amigas y a mi familia. Parecía un amor fulminante, nos había conquistado a todas a pesar de las advertencias del pueblo que coreaba su nombre a veces con rechazo. Era imposible resistirse, negarse a ir a cada una de sus citas a las que llevaba puntual, aunque yo no tanto. Hoy, después de entregarle mi examen de readacción me armé de valor y le dije a bocadejarro: "profe, usted quiere ser mi abuelo? es que yo no tengo, entonces me parece una buena opción" Se rió un buen rato, para decirme después decirme que sí y ofrecerse como oreja para mi (creo que pensó que tengo problemas familiares o ausencia de figura paterna, que equivocado está).
Yo le respondí que le iba a traer una foto mía para que la pusiera en su oficina junto con la de sus real nietos.