Me cambio de ropa para comenzar de nuevo. Digo adiós a los colores y al orden. Digo adiós porque estoy harta de que me lo digan. Digo adios para crecer como si de nuevo tuviera 17.
Adiós al no hay primera sin segunda
Alguna vez tuve otro blog con el mismo nombre que este. Lo amaba y lo cerré un día con llovizna matinal. Lo que ve arriba son frutillas que se contradicen con las piñas del nombre. Sin embargo, si usted me lee y trata de sacar sus malditas leyes de mecánica y poner un poquito de su corazón estoy segura de que nos llevaremos bien. Incluso, entenderá el porqué de las piñas y las frutillas.